MAGIC SECRETS

JUEGOS DE MAGIA, IDEAS Y CURIOSIDADES

Historia del Círculo Ilusionista Burgalés

Hace unos años, en 2017, Entrevisté a Mariano Calvo del Pino. Es fundador principal de la sociedad mágica SEI que hay en Burgos. Con el fin de conocer algo de la historia del Círculo Ilusionista Burgalés (CIB), os dejo aquí el resultado que aquella entrevista. 

Mariano empezó a los treinta y muchos años en el mundo de la magia y eso no ha impedido que llegase a ser jurado y presidente de jurado en muchos congresos nacionales celebrados en España. Los inicios de Mariano en el mundo de la magia son los mismos que los del inicio del Círculo Ilusionista Burgalés. Vamos allá.

Al igual que la mayoría de nosotros, Mariano conocía sólo unos pocos jueguecillos de esos que nos cuenta un amigo, o un familiar. No sabía nada más hasta que su hermano le dejó un libro que había comprado en el rastro. Se trataba de uno de los libros del Padre Ciuró, “el ilusionismo al alcance de todos”. Su hermano le dijo “si pudiéramos hacer esta técnica, podríamos realizar un montón de juegos”. Se trataba del salto clásico. Mariano estudió ese libro a fondo, tanto que a día de hoy aún no se lo ha devuelto a su hermano. Tuvo mucha suerte al toparse así con una obra con información sobre fakirismo, transmisión de pensamiento, hipnotismo, magnetismo, mnemotecnia, juegos con cartas, escamoteo, manipulación…  Gracias a Ciuró, su magia empezó a florecer.

 

Meses más tarde realizó un juego a un amigo suyo de Miranda de Ebro (un pueblo situado al norte de Burgos) y este le dijo: “Oye, pues yo en Miranda tengo un amigo al que le gusta mucho esto de la magia, te paso su teléfono”. Así es como Mariano conoció a Tontxu. Este mago llevaba más años en el mundo de la magia y le explicó que existían las casas de magia, una gran variedad de libros, las asociaciones, los congresos…  y le invitó a una cena mágica en Logroño. Una cena en la que después de cenar hay espectáculo y muchos magos. Mariano fue y disfrutó como nunca. Y así poco a poco, empezó a conocer a muchos magos y poder estudiar mucha más magia. A medida que compraba más libros fue cogiendo más nivel y conocimiento.

Su siguiente reto fue encontrar gente en Burgos con quien hablar de magia. “De fútbol era fácil hablar, pero de magia…  ¿con quién? No había ninguna sociedad mágica en Burgos. Así es como un día se me ocurrió lo siguiente: si no hay magos los creo yo.” Fue sencillo, Mariano puso un anuncio en el periódico: “sorprende a tus amigos, diviérteles, aprende magia, clases particulares” Y se apuntaron 4. Fue entonces cuando comenzó a dar clases de magia en su casa y surgieron unos libritos de 1989 y 1990. Estos libros los realizó como sorpresa uno de sus alumnos, Martín de Frutos, médico de renombre en Burgos, mago y con los años, muy amigo de Mariano (unas décadas más tarde Martín de Frutos fue el primer y único socio de honor del CIB hasta la fecha). Os dejo aquí un enlace por si queréis conocer más sobre Martín de Frutos Herranz.

Con estos primeros alumnos se fundó el CIB. Martín de Frutos, Javier Monero, Rafael Ruiz y José Luis Santamaría. A día de hoy, José Luis, que hace ya muchos años se mudó a Santander, sigue pagando su cuota de Burgos “no me des de baja, soy socio fundador y quiero seguir pagando”. Al cabo de un par de años Mariano pasó a dar las clases de magia en la Universidad en vez de en su casa y muchos de estos magos realizaron estos cursos.

Voy a contaros un poco la historia de estos cursos en la Universidad ya que son fundamentales para entender el desarrollo del CIB y como fue cogiendo fuerza como sociedad durante casi 20 años.

Un buen día, uno de los alumnos de Mariano, Asís, fue a la universidad con una carpeta forrada de cartas. Un profesor al verle le preguntó sobre ello. Este profesor se llamaba (o se llama) Carlos Lozano, era encargado del aula de teatro de la Universidad. El era el encargado de los cursos de teatro, habla en público, cine, danza… y pensó que la magia podía encajar. Le pidió a Asis que diera un Curso de Magia, pero Asis le dijo que él no creía que fuese el más adecuado, pero que conocía a la persona idónea para ello, y le pasó el contacto de Mariano.

Quedaron los tres en una cafetería. Mariano explicó que no tenía problema en dar clases ya que toda su vida había dado clases de matemáticas y ya había dado unos cuantos cursos de magia, pero que si hacía este curso de magia, habrían de cumplirse estas condiciones: “no han de ser más de 15 alumnos ya que no quiero que esto sea una cosa masiva. No quiero que vengan niños, tiene que ser para mayores de 18 años y sólo gente de la universidad. Los niños que jueguen y ya se dedicarán a la magia cuando sean más mayores…” Y prepararon el primer curso que duraba medio curso escolar: 10 sesiones. 1 por semana los lunes de una duración de 2 horas de 19:00 a 21:00. Fue todo un éxito y cuando terminaron los alumnos pidieron a la universidad poder hacer un segundo curso y se hizo el segundo curso respetando las condiciones de Mariano.  Los estudiantes estaban encantados. “Imagínate la diferencia de una clase de derecho romano con una de magia, en la que te lo vas a pasar bien, no te va a suspender nadie, no es como lo otro que conlleva presiones… Se lo pasaban bien y yo también.”

Un pequeño break en el artículo. Hace poco encontré uno de los juegos que Mariano compartió en la revista de la SEI. Dejo aquí un par de fotos.

Mariano continuó reuniéndose con los alumnos de estos primeros cursos para seguir tratando temas de magia, ya fuera en su casa o en bares. Era algo incómodo no disponer de un local. Mariano recuerda que algunos camareros los miraban mal… Tenían que conseguir un lugar adecuado para las reuniones. Pero esto no llegó hasta que Martín de Frutos, que conocía a un concejal de cultura, le propuso reservar un espacio para la magia. Y al momento los llevaron a la cárcel, a una antigua cárcel transformada en teatro, con diversos salones, localizada en el centro de la ciudad  a escasos metros de la catedral. No pudimos tener más suerte. Un local, con luz gratis, calefacción gratis, limpieza gratis… un chollo increíble, así que allí fue dónde se hizo la sede. Estamos hablando del Teatro Clunia de Burgos.

A medida que salían alumnos de la Universidad con una gran afición por la magia, Mariano les decía: “Habéis aprendido lo básico, pero ya si queréis aprender más, os invito a estas reuniones”

En este momento de la entrevista Mariano puntualiza: “En todos lo círculos que hay por ahí los alumnos tenían que pasar un examen. Aquí el examen era doble. Primero hacer el curso de la universidad y después estar un año entero asistiendo a las reuniones. Prácticamente con eso se daba por admitido al círculo. Ya les conocíamos bien… yo lo que pretendía era, aparte del nivel de magia, que eso lo adquieres con el tiempo, es que tuvieran afición real por la magia y que fueran buena gente” Es por esto que además de un grupo de magos eran ante todo un grupo de amigos. Mariano había vivido ya algunas experiencias en otros círculos de magos de piques y riñas entre ellos. En muchos círculos eso había hecho que se separaran y eso es lo que no quería que pasara por nada del mundo.

Todos los años el círculo aumentaba en 3 o 4 con los alumnos que salían de la universidad (ya fueran estudiantes, profesores o personal administrativo).  De hecho yo y Rubén (actual presidente del círculo), somos los únicos que no hemos pasado por la universidad.

A partir del cuarto año la matrícula se abrió a gente de fuera. Mariano era consciente de que en esos cursos muchos estaban allí por curiosidad pero no por amor o verdadera afición a la magia. Es por eso, que nunca enseñó trucos como el fp, o el doble lift. Limitando el curso a juegos con la carta corrida, o trucos matemáticos. «La cuenta Emsley y demás técnicas ya las conocerán esos pocos que entrasen a formar parte del CIB (o en el segundo curso).» También entregaba unos apuntes muy resumidos o incompletos sobre los juegos. De este modo obligaba a que fueran ellos los que desarrollasen los juegos en casa, así quien no hacía la tarea, olvidaría los juegos por completo. Según comenta Mariano, Ascanio decía: “Si alguien me pide que le enseñe un juego y quiero que lo aprenda, le enseñó un juego. Pero si no quiero que lo aprenda, le enseño 4” Lo cierto es que si te enseñan 4 se te olvidan todos.

Y gracias al boca a boca, estos cursos se convirtieron en un éxito durante 12 años.

Paralelamente el círculo de magos crecía, surgieron 24 magos-socios que se reunieron durante años en activas reuniones. Iba todo el mundo a las reuniones, funcionaba todo muy bien. Os dejo como curiosidad dos listados de socios de los inicios del CIB y una foto de años muy posteriores:

01 Mariano Calvo  02 Martín de Frutos  03 Jorge Luis Cobos  04 Jose Luis Santamaría  05 Javier Moreno  06 Antonio Box  07 Antonio Gomez  08 Felix Miguel Escudero  10 Maria Luisa Benito  11 Oscar Rodriguez  12 Ángel Martinez  13 Andrés Briongos  14 J.Arcadio Jimenez  15 Carlos Sardón  16 Esteban Álvaro 

01 Mariano Calvo  02 Martín de Frutos  03 Jorge Luis Cobos  04 Jose Luis Santamaría  06 Antonio Box  07 Antonio Gomez  08 Felix Miguel Escudero  14 J.Arcadio Jimenez  15 Carlos Sardón  16 Esteban Álvaro  18 David Calvo Moran  19 Fernando Marcos  20 Asis Gonzalez Ayerbe

Pero como dice Mariano todo son ciclos y lo que empieza siempre tiene un fin. Voy primero con el fin de los cursos de magia en la universidad y después con la situación actual del CIB. Ojo, son muchos años, y aún queda mucho por contar. Lo más importante que no puede faltar aquí son los festivales de magia que se realizaron en la universidad, otro aporte de Mariano que ha enriquecido durante muchos, muchos años, la magia en Burgos.

En uno de los primeros años de las clases de magia en la Universidad, al finalizar con éxito uno de sus cursos, Mariano le dijo al profesor de teatro, “oye y porque no hacemos un festival de final de curso. Una gala de magia.” Le dijo que  sí, con la condición de llenar el Aula Magna (esta es la sala más parecida a un teatro que tiene la Universidad de Burgos). Mariano inteligentemente, llamó a Juan Tamariz. Sabía que siendo este tan conocido no solo se llenaría, sino que la gente hablaría muy bien del festival de magia de la universidad en vista a años futuros. Ambos se conocían y se tenían en alta estima. El presupuesto era sólo de 3000 pesetas. Y la idea era que Juan actuase con otros dos magos. A pesar de que Tamariz tenía y tiene por costumbre actuar sólo, en esta ocasión cedió encantado. Al año siguiente le pidió que viniese de nuevo (esta vez ya sólo) y Tamariz le dijo “Me parece perfecto, pero también quiero dar una conferencia de magia”. Mariano  le explicó que no había más presupuesto, a lo que Tamariz contestó “quiero que organices una conferencia, yo no te he pedido dinero ;)”. Carlos el profesor del aula de teatro, ¡estaba encantado! Tamariz hizo una conferencia buenísima sobre historia de la magia combinada con juegos. A todos los asistentes les encantó y al día siguiente realizó la gala. Las galas de  Burgos ganaron una valoración pública de mucha calidad. 

Los años siguientes fueron magos menos conocidos como Jorge Blass, Mago Migue, pero la gente sabía que era buena la gala y se llenaba siempre. A partir de 1998 el festival pasó a durar dos días en vez de uno.

Y así aguantamos otros 12 años. Hasta que llegó la crisis en 2010… Las galas las pagaba la caja de ahorros. En la universidad hubo un cambio de rector con un equipo nuevo que no entendía lo que era la magia. «Los conciertos querían que fuesen de Beethoven y no de grupos más actuales, o clásicos en teatro y no versiones actualizadas hechas para los chavales de la universidad.» Se canceló el aula de teatro, de cine, de baile y por supuesto se cancelaron las clases de magia… Lo cierto es que a Mariano no le importó ya que estaba a punto de ser abuelo. Tenía ganas de volcarse en su nieta y disponer de todo el tiempo del mundo.

El rector quería que el dinero de la Caja de Ahorros lo siguieran recibiendo, pero lo destino a otras cosas. La Caja de Ahorros  (actual Fundación Caja de Burgos) dijo que no, que el dinero era para los festivales. Así es que se sacó el festival de la universidad y a partir de ese año el festival pasó a realizarse en edificios de la caja, como el cordón, plaza libertad, y más adelante lo que se conoce como el “Festival Iglú Mágico de Burgos”

Por otro lado, sólo me queda comentar la situación actual del CIB y con esto me siento satisfecho con el artículo. El año en que se hizo la entrevista, 2017, Mariano ya no  es presidente y además lamenta que las reuniones hayan perdido fuerza… no entiende cómo un Viernes a las 21:00 de la noche haya tantos socios que no puedan ir al círculo. En la actualidad cuando escribo esto (2021) las reuniones son prácticamente inexistentes, antes incluso de la llegada de la pandemia covid. Durante estos años 2017-actualidad, las reuniones que se han hecho han sido de dos en dos y en casa de Mariano, la cual está siempre abierta para la magia. Es cierto que se han realizado algunas actividades, se han mandado vídeos realizando nuestras magias por el grupo de whatsapp de la asociación, hemos mantenido el contacto, realizado alguna quedada puntual… no es un cero absoluto, pero queda claro que lo que no va a más va a menos. No hay relevo generacional actualmente o al menos esos jóvenes inquietos por la magia nos son desconocidos en su mayoría (tal vez no existan). 

Este artículo no termina mal. Cuando algo acaba, algo empieza. Y como dice Mariano, todo son ciclos.

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